domingo, 3 de abril de 2011

CONQUISTADORES, por Alejandro Martínez

Este Viernes comienza nuestro
SEMINARIO DE MATRIMONIOS Y PAREJAS
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CONQUISTADORES

Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo del Señor, que Dios habló a Josué hijo de Nun, servidor de Moisés,y le dijo:

«Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, hacia la tierra que yo les doy a los hijos de Israel.

Yo os he entregado, tal como lo dije a Moisés, todos los lugares que pisen las plantas de vuestros pies.

Desde el desierto y el Líbano hasta el gran río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el Mar Grande donde se pone el sol, será vuestro territorio.

Nadie podrá hacerte frente en todos los días de tu vida: como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé.

Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo como heredad la tierra que juré dar a sus padres.

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, cuidando de obrar conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.

Nunca se apartará de tu boca este libro de la Ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito en él, porque entonces harás prosperar tu camino y todo te saldrá bien.

Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová, tu Dios, estará contigo dondequiera que vayas».

(Josué 1:1-9)


Esta es una máxima no negociable: La conquista comienza por oir a Dios. Así inicia la historia de Josué.

Porque toda conquista conlleva peligro. Entre Israel y su herencia se interponían barreras difícilmente superables: el río Jordán, Muros de Jericó, al parecer la misma naturaleza coloca barreras entre el pueblo de Dios y su herencia. Barreras que te quieren separar de lo que te pertenece.

Sin embargo debes entender que el propósito de Dios es llevarte sí o sí a tu tierra prometida.

El propósito nunca se pierde, aunque los planes cambien. El propósito es tu sueño, tu proyecto, tu destino. Dios te dará un plan para aquella conquista, pero nunca confundas propósito con plan.

Propósito es tu sueño y plan es cómo lo vas a alcanzar.

El enemigo te quema el plan, lo rompe para que creas que sin plan no alcanzarás el propósito, y es el engaño más grande que hace.

Los planes pueden cambiar, pueden fallar, pero el propósito se mantiene vigente, nunca muere, tienes que saber que si mantienes tus ojos en el propósito, no importa que los planes fallen, no importa que el enemigo te levante una emboscada, Dios siempre tiene un plan nuevo para llevarte al cumplimiento de tu propósito y conquistes lo que te pertenece

Israel tenía que llegar a la Tierra Prometida pero no llegó, se quedaron en el desierto quejándose, y Dios dijo: “El plan me falló, pero el propósito no va a fallar, voy a levantar un plan “B”, voy a levantar a Josué y a Caleb y ellos levantarán a los hijos de estos incrédulos y entrarán a la tierra”.

No importa lo que te ha pasado, si el diablo te quemó el plan “A”, si te echaron del trabajo, si te enfermaste, parecería que ahora que el plan se quemó no vas a alcanzar tu propósito…

Pero tengo noticias:

Aunque los planes se pudran, el propósito lo vamos a alcanzar en el nombre del Señor y vas a conquistar lo que te pertenece.

Dios te dará un plan que te funcionará porque emocionalmente, ministerialmente, espiritualmente, económicamente, todo lo que hagamos nos saldrá bien.


Comprometido contigo en ayudarte a desencadenar la grandeza que Dios puso en ti.

Un Blog de Alejandro Martínez