Relación de familia
Es muy curioso que las últimas palabras que Dios dijo al concluir el último capítulo del Antiguo testamento también concuerden con las primeras del Nuevo testamento, especialmente si consideramos que entre medio pasaron alrededor de 400 años.
Esto refleja lo que verdaderamente le importa a Dios: Formar una gran familia.
“Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos,
y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y castigue la tierra con maldición».
Malaquias 4:6
Dios quiere que su pueblo se mueva en base a una relación filial, con hijos con sentido de pertenencia.
Si usted no tiene sentido de paternidad, es abortivo, un producto en serie.
Vivimos tiempos donde se pierden generaciones sin destino, sin propósito, que vagan en la tierra y nunca alcanzan un propósito en la vida.
“E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto”.
Lucas 1:17
Un padre ama a su hijo, lo corrige, lo presiona y lo castiga. Un hijo jamás podrá cambiar a un padre, porque hay una relación filial.
Cuando hay un padre, un hijo puede enojarse, puede irse, pero siempre recordará la casa y regresará, porque la única forma de alcanzar las promesas y bendiciones es por medio de una relación filial.
La desgracia de mucha gente es cambiar a su padre (pastor) cuando tiene discrepancias y eso detiene cualquier tipo de herencia, porque está destinada sólo a los hijos.
"Haré de ti una nación grande, te bendeciré, engrandeceré tu nombre y serás bendición”.
Gen 12: 2
Dios le dio esta promesa a Abraham, y su cumplimiento comenzó con un hijo.
Dios le dijo: te voy a dar un hijo
El primer punto para formar una generación de victoria, es tener un hijo, porque sin relación filial no hay bendición ni herencia.
Hijos obedientes
“Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: «Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor ni desmayes cuando eres reprendido por él,
porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo».
Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, no hijos”.
Hebreos 12:5, 6, 8
Cuando un hijo se va, porque no acepta la disciplina, la Biblia lo describe como bastardo.
Bastardo es un hijo, pero no se ha dejado tratar como tal, se revela contra su padre y su disciplina.
Y ese es un problema en las iglesias: La bastardía
La heredad es para los hijos
Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: «Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.
Pídeme, y te daré por herencia las naciones y como posesión tuya los confines de la tierra.
Salmo 2.7
La heredad es para los hijos, así que ama a tu padre, respétalo, obedécelo, acepta su corrección porque siempre buscará lo mejor para ti.
Comprometido contigo en ayudarte a desencadenar la grandeza que Dios puso en ti.