Éxodo cuenta la historia del pueblo de Israel, que vivía como esclavo en Egipto. Dios escogió a Moisés, un hombre que había sido criado en la corte egipcia pero que era israelita, para liberar a su pueblo y llevarlo a la tierra prometida.
Moisés tuvo una experiencia cercana con Dios en el monte Sinaí, donde Dios le habló a través de una zarza ardiente y le encargó la misión de liberar a los israelitas. Moisés se enfrentó al faraón de Egipto y le pidió que dejara ir al pueblo de Israel, pero el faraón se negó, lo que desencadenó una serie de plagas enviadas por Dios sobre Egipto.
Después de varias plagas devastadoras, el faraón finalmente permitió que los israelitas salieran de Egipto. Moisés guió al pueblo a través del desierto hacia la tierra prometida, pero en el camino enfrentaron numerosos desafíos y pruebas.
Una de las historias más famosas del Éxodo es la entrega de los Diez Mandamientos en el monte Sinaí. Dios dio a Moisés estas leyes para guiar la vida del pueblo de Israel y establecer un pacto entre ellos y Dios.
También se narra el momento en que Moisés, con la guía divina, abrió el mar Rojo para permitir que los israelitas escaparan de las fuerzas egipcias que los perseguían.
El libro también relata la construcción del tabernáculo, un santuario móvil donde los israelitas adoraban a Dios durante su travesía por el desierto. Además, se describen las leyes y regulaciones que Dios dio al pueblo para organizar su sociedad y establecer rituales de adoración.
Éxodo culmina con la llegada del pueblo de Israel a la tierra prometida, aunque Moisés no entra en ella y deja el liderazgo en manos de Josué. A lo largo del libro, se destaca la fidelidad de Dios hacia su pueblo y su poder para liberarlos y guiarlos a través de todas las adversidades.