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Conquistadores (3 Claves para Conquistar)
Estamos en la serie Conquistadores, arribando a verdades muy singulares:
Dos líderes con el mismo destino, la misma palabra profética, la misma promesa, el mismo Dios, pero con finales muy distintos, Moisés y Josué.
Esto nos enseña que aunque podemos escuchar la misma promesa y tener el mismo destino, finalmente no todos lo alcancemos.
Josué es conocido como el gran conquistador de la tierra prometida y si tu quieres alcanzar la tuya, algunas cosas debes saber de Josué.
1.-Supo estar bajo autoridad, aún en desacuerdo, porque entendía que el Reino no funciona como nuestras naciones democráticas sino como un Reino, con autoridades, rangos, que deben ser respetados. Esa lealtad a su líder le dio la autoridad en su momento para Conquistar.
Principio número 1: Quieres tener autoridad? Debes aprender a estar bajo autoridad.
2.- Oyó a Dios siempre. Algo que no hizo Israel y dio vueltas alrededor de la tierra prometida por 40 años. Faraón logró oprimir al pueblo de Dios de tal manera que no quisieran oír a Moisés. Faraón los distrajo con más trabajo para que no tuvieran tiempo de pensar ni oír las palabras de Moisés.
La primera señal de esclavitud en una persona es cuando ya no siente deseo de oír al hombre que Dios ha puesto delante de ellos para ser libres.
Faraón no puede callar a Moisés pero puede hacer que tú no lo quieras escuchar, Faraón no me puede callar a mí, pero si Faraón te hace creer que lo que te estoy diciendo no es para tu bien y logra cerrar tus oídos va a cerrar la posibilidad de que tu seas libre.
Si el enemigo logra que no quieras oír ha logrado quebrar tu corazón y tu mente para que no seas libre.
Principio número 2: Oiga a Dios a través de su líder.
3.- Mantuvo su fe a pesar del tiempo, mucho tiempo!, por 40 años sólo vio desierto y mantuvo su fe. ¿Cuanto tiempo llevas de desierto?
La verdad es que el paso del tiempo hace que emerja de nuestro interior quien de verdad somos. El paso del tiempo produce cansancio, desánimo, si sólo ves desierto te desalientas, criticas, te deprimes, por eso muchas veces cuando la oportunidad llega a tu puerta no estás en condiciones o simplemente tu fatiga de material no permite que veas tu bendición.
Muchas veces nos preguntamos:
¿Por qué no puedo hablar de Cristo?
¿Por qué me estoy enfriando?
¿Por qué ya no siento lo que sentí el principio?
¿Por qué me da pereza lo que tenga que ver con Dios o espiritualidad?
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Apocalipsis 2:2-4
Tu primer amor. Piénsalo un momento ¿Cuál es tu primer amor?
Para un hijo de Dios ¡El primer amor es Cristo!, el número uno, el Señor. Él no es segundón de nadie.
Cuando algo desplaza a Dios del primer lugar en tu vida, entonces viene la fatiga, el cansancio, el desaliento.
La Biblia dice que si buscas el Reino de Dios y su justicia primeramente todas las cosas serán añadidas. Pero Dios debe ser lo primero!!!
Es tiempo de cambiar prioridades, dónde está Dios en tu vida? En qué lugar? Hay algo más importante que Dios en tu corazón? A qué le estás dedicando tu atención, tu tiempo, tu dinero, tu corazón? Dios dice: algo tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
David decía una solo cosa te pido Dios, que yo esté en tu casa todos los días de mi vida!!! Ese hombre trajo al mundo al hombre más rico, sabio y próspero de todos los tiempos. Las añadiduras de Dios están a tu alcance, pero debes priorizar, busca de Dios, ponlo en el lugar correcto, el primer lugar… que verdaderamente sea el primer amor.
Amigo, aquí está la tercera clave de Josué, mantuvo su primer amor, por eso cuando llegó su momento, estaba preparado, y en sólo 3 días fue y tomó la tierra prometida que el pueblo de Israel no pudo ni en 40 años al mando de Moisés.
Principio numero 3: Pon a Dios en el primer lugar en toda tu vida.
Comprometido contigo en ayudarte a desencadenar la grandeza que Dios puso en ti.
