Gente que ama a la gente, Por el Coach Alejandro Martínez
En estos días he pensado en el concepto de que es mejor morir por algo que vivir por nada, sin embargo para morir por algo es necesario vivir por algo, y allí es donde nos encontramos en problemas, porque mucha gente, demasiada tal vez, vive por nada.
Gente que vive en vano y muere en vano.
La vida es mucho más que sólo preocuparse y pensar en uno mismo, esto es preciso aclararlo, especialmente porque vivimos tiempos donde la gente lo único que hace es consumir y ocuparse de su metro cuadrado.
Por otro lado, hay gente que vive por causas erradas, terroristas, religiones extremas, sectas, etc. O como el noruego de 32 años, Behring Breivik que preparó desde el 2009 una operación maquiavélica para asesinar a sangre fría a 93 personas sin contar los heridos y desaparecidos y que difundió en internet un manifiesto de 1.500 páginas, lleno de diatribas antimusulmanas y antimarxistas. Esa era una causa, pero errada.
Amy Winehouse fue hallada muerta en su apartamento en el norte de Londres, ni toda la fama y el dinero ganado en su corta carrera de cantante fue suficiente para darle un verdadero valor y significado a su vida.
Amigos, el evangelio es mucho más que reunirnos en una asamblea para escuchar sermones o cantar hermosas canciones, también es más que un compromiso de ética y moral. El evangelio es una causa, una bella causa, es una hermosa razón por la cuál vivir… y morir. El evangelio le da valor y significado a nuestra vida, es la más admirable causa sobre la faz de la tierra y es nuestro deber llevar este propósito a toda la gente.
Por eso estoy convencido de la enorme importancia de ser personas relacionales, con capacidad de amar a la gente.
Jesús poseía una forma extraordinaria de relacionarse con la gente, podía estar horas y horas rodeado de personas las cuales le escuchaban atentamente, sin importarles el tiempo, el frío, o el calor. Era un verdadero imán de atracción.
Juan 12:1 “...1Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana...”
Hay una historia en la Biblia donde encontramos una familia como cualquier otra, que estaba compuesta por tres hermanos, María, marta y Lázaro, que vivían en una aldea llamada Betania.
Jesús iba de vez en cuando a esa casa a visitarles, para compartir con ellos la palabra.
¿Te has preguntado, por qué Jesús pasó el mayor tiempo de su ministerio en las casas?
¿Qué veía Jesús en el hecho de ir a una casa?
El hombre ha evolucionado y cambiado mucho con el paso de los siglos, pero hay algo que se ha mantenido inalterable y es el hecho que el ser humano sigue viviendo en familia, y en casas, y la razón es porque ese es el diseño divino.
Dios está levantando una generación de líderes con una capacidad altamente relacional. Cuando las empresas contratan gente, no solo valoran la preparación académica sino que priorizan el hecho de que el postulante haya desarrollado capacidad relacional y que tenga el “don de gente”, que se muevan con sus clientes bajo el lema “no queremos que vengan sino queremos que vuelvan”
Dios busca “Gente que ame a la gente”, que pase de la apatía a la simpatía y luego a la empatía.
En la historia en cuestión, María se sentó a sus pies a escuchar, Marta a quien podríamos definir como una mujer moderna estaba ocupada en muchas actividades, y Lázaro suponemos que se encontraba en el patio haciendo otras cosas.
Estas tres personas encarnan tres actitudes frente a Jesús que son relativas a todos los tiempos.
María: La única que tenía un interés verdadero en el discipulado
Marta: ocupada
Lázaro: fuera de la casa.
Quiero hacer un paréntesis, para contarte lo maravilloso que está resultando el proyecto “Casas de Vida”, cada semana estamos creciendo con nuevas casas, incluso fuera de Chile, se están incorporando de México, Perú y Puerto Rico, así que permíteme preguntarte:
¿Dónde estás tú los Viernes en Casas de Vida? Te gustaría participar? Te gustaría asistir a una? Infórmate cómo abrir una casa de Vida aquí.
Continuará…